venres, 22 de xullo de 2011

MOCHILAS VIAXEIRAS VIII

Fedor Dostoyevsky, prisionero en Siberia alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita, pedía socorro por carta a su lejana familia y solo decía: ¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera! Tenía frío y no pedía fuego; tenía sed y no pedía agua; Pedía LIBROS es decir, horizontes , es decir escaleras para subir a la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física dura poco pero la agonia del alma insatisfecha dura toda la vida




Ningún comentario:

Publicar un comentario